sábado, 19 de febrero de 2011

Terroristas caseros

La debacle, el atentado
Veiticuatro ráfagas de ensaladilla
Recinto acordonado
Policías y curiosos que miran

Con el eco de sirenas, se suceden las preguntas
(Quién, cuándo, cómo y por qué)
Un halijo encontrado
Puchero de garbanzos, metralla y pollo deshuesado
Un sabroso cocido con sabor a muerte
Hecho para fregar (y esconder) después de usado

2 comentarios:

Ánuar Zúñiga Naime dijo...

Muy bien man, en una de esas descubres que la poesía sí es lo tuyo.
Un abrazo.

Slayer dijo...

Ya, yo siempre dije que a mí la poesía no me gustaba... y estos días parece que no hago otra cosa...