jueves, 28 de enero de 2010

Mujeres en el metal

Volvemos a las andadas, está vez con un post sobre la presencia de la mujer en un género musical tan "masculinizado" como es el metal. (En lo referente a la escena de grupos, no a la hinchada, que yo me veo con este post lleno de comentarios amenazadores de metalheads femeninas recomendándome la mejor manera de morir)
Este peregrino tema de conversación me vino a la cabeza el otro día, escuchando la remasterización de la canción A Tout le Monde del disco United Abominations. Para los que no lo sepáis, esta canción cuenta como principal modificación con la voz de Cristina Scabbia, de Lacuna Coil, como acompañamiento de Mustaine.
Escuchando esta canción pensé que es una verdadera lástima que no hayan muchos grupos de metal que pongan mujeres frente al micrófono. Y no, no me digáis que ya existen bastantes grupos con vocalistas femeninas porque, por Dios, pensad un poco: Nightwish, Within Temptation, los propios de Lacuna Coil o Lacrimosa no solo tienen en común el hecho de usar voces fememinas. ¿Adivinais cual es el otro factor común? Efectivamente, si te paras a pensarlo, la mujer en el metal a quedado relegada a un papel de pseudo cantante operística metidas en grupos de música gótica. ¿Y qué pasa? Es que la mujer no puede hacer más. O sí, claro que puede. Y mucho.
Por ello quiero partir una lanza a favor de bandas como Arch Enemy (Aunque, la verdad, no conozco otras) que sí, vale, usan mujeres como voz principal ¿Pero Angela Gossow canta ópera? No señor. Más bien lo contrario: Growl fuerte, rudo, demoníaco si quieres. Aquí va una muestra, para los que no la conozcáis:

http://www.youtube.com/watch?v=rYgLVy_rwWs (Correspondientes agradecimientos a TIOMACHUKA)

Allí está, esa es la clave y Arch Enemy la prueba. La mujer podría hacer mucho por el metal, dotándolo mayor complejidad y, de paso acallando a la gente que crítica al metal por ser "machista" (Aunque claro, la gente que dice eso también dice que "es solo ruido" y miren, eso está muy por discutir)
En fin, que todavía aspiro a mi sueño de ver una buena banda de thrash capitaneados por una mujer tan metalhead como cualquiera de los grandes machos del género. Pues eso, ciao, chicos, nos vemos luego.

viernes, 22 de enero de 2010

Los mejores fails del 2009

Aquí va otra entrada, esta vez un poco más optimista que la anterior, destinada, esencialmente a oxigenar un poco el blog, que llevaba algo de tiempo sin publicar nada. Es algo muy sencillo: Una recopilación de los mejores golpes, fails, caídas y gilipolleces varias que han quedado grabadas en las cámaras de gente del todo el mundo y distribuidas gracias a ese tío tan simpático e indiscreto llamado Internet.
Hay de todo: cosas bastante típicas, más o menos graciosas, dolorosas, etc. Venga, disfrutadlo:

http://www.youtube.com/watch?v=_oR5eBGDqKA

Por supuesto, mis agradecimientos a Mr. Lefty 91 por colgar el vídeo y a vosotros por perdonarme (espero) por el mismo problema del enlace que ya pasó en otra entrada anterior.

Infancia muerta


Bueno, veréis. me hubiera gustado publicar esta entrada el lunes, que después de todo es cuando ocurrió esto, digamos, el "suceso", pero por razones de tiempo, que, como veréis, va a ser algo habitual en el blog, me veo obligarlo a publicarlo hoy.

Pues bien, nuestro "suceso" ocurrió, como ya dije antes, el lunes de esta semana. Hacía ya algunas semanas, quizá meses, que se iban anunciando una serie de obras en la calle donde vivo. Es una avenida bastante ancha, y aunque no conozco con exactitud los planes de obra, el principal "plato fuerte" de este miserable y cicatero método de financiar el ayuntamiento removiendo cemento consistía en abrir un enorme "Parking subterráneo para residentes" (Letra pequeña: Seas o no residentte, si quieres entrar, paga) que bueno, lo único que necesitáis saber es que abarca de lleno el tramo de la avenida donde vivo. Pero, entre otra de estas, llamemémoslas, "obras", se incluía un ensanchamiento de la carretera (que ya es de por sí bastante ancha) para meter un carril bici. Las críticas a los otros aspectos de la obra ya las oiréis si veo que la entrada me ha quedado corta, pero lo que ahora nos ocupa es esta pequeña "manualidad".

Era lunes, declarado internacionalmente como el día más odioso de la semana. Anunciaron por la radio que las obras iban a empezar y luego, bueno, lo típico: El tráfico estará restringido, etc., etc., etc.

Salgo a la calle. Se empiezan a vislumbrar las primeras señalizaciones indicando el inicio de la obra y yo, buf, ja claro, dos a uno a que pasa un mes y siguen así.

Pero estaba muy equivocado. Cual no será mi sorpresa, cuando, al volver del instituto me encuentro con que los funcionarios del ayuntamiento encargados de este tipo de menesteres con sus motosierras estaban talando unos plátanos (o plataneros, nunca supe cómo se dice exactamente) que estaban plantados en la acera.

Y es aquí donde entra el drama. Ya sé, puede que penséis que tan poco hay que ponerse así por unos árboles, pero, tío, no son unos árboles cualquiera. Son tus árboles. Unos árboles que te vieron nacer, crecer, que allí estaban, tapizando la acera de la avenida con el mullido colchón de sus secas hojas en otoño, reverdeciendo en primavera y brindando la única sombra sobre la acera en los sofocantes días de verano. Allí estaban, lloviese, tronase, o nevase, cosa rara de ver porque aquí nunca nieva. Y de repente, ¡Bum! cuarenta fructíferos años de vida truncados por un filo de acero inoxidable. ¿Su delito? Estorbar la construcción de un inútil carril bici que nadie usará. ¿Indulto? Ninguno. No hay perdón para los que se interponen en las obras del Ayuntamiento, vaquero. ¿Podían haber sido trasplantados? Posiblemente. Pero resulta mucho más cómodo despacharlos de un puntapié que romperse la cabeza buscándoles una nueva residencia. ¿Supervivivientes? Sí, pues solo fueron barridos aquellos que estorbaban de manera explícita la obra. (Algo bueno tenía que tener esto, carajo, que la vida nunca es blanca o negra, sino gris)

Como comprenderéis, mi disgusto por esto es grande. Pero lo peor de todo es que nadie dijo nada. Ni siquiera yo, dada mi condición de cobarde profesional. Vale, no eran secuoyas milenarias de California, pero eso no quiere decir que no tengan derecho a seguir vivos. En fin, al menos tengo la conciencia tranquila de haberos contado la historia a vosotros. Sé que mucho no podemos hacer, pero oye, quería dedicar este post en memoria de aquellos queridos tutores infantiles de hojas verdes.

viernes, 8 de enero de 2010

Vuelta al frente

Hoy, para mi desgracia, es hora de volver al instituto. Tras pasar unas cálidas vacaciones navideñas enjaulado en casa, la verdad es que no me apetece tener que salir afura. Y menos con esta ola de frío que envuelve el ambiente de mi pequeña ciudad. Pero bueno, oye, que le vamos a hacer, hay que afrontarlo. Mientras meto todo el equipaje en la mochila mi mente me sugiere la imagen de un soldado, cargado hasta arriba de cartucheras y cananas, que parte hacia el frente para defender a su país... o quizá caer en el intento. Esta imagen, tan propia de mí, se acrecenta de camino al instituto, con el tintineo de las cremalleras y los adornos que penden de ellas, semejantes a los crujidos del mono de un soldado. Y por fin, allí llego. Lo admito: No es que le tenga especial miedo al instituto. Incluso reconozco que es un eficaz medio de pasar la mañana. Pero hay días que no tragas y éste es uno de ellos. El cuadro no puede ser más absurdo: Día 7, vacaciones. Día 8, primer día de clase. Día 9, sábado. Resulta muy indignante ese pequeño día laborable chafándote el combo vacaciones- fin de semana, pero no hay nada que hacer, pues los profesores seguirán dando materia y la vida continuará, sin prestar atención a esta estupidez.
8:25 de la mañana. Suena la sirena. Respiro hondo y me encamino escaleras arriba, imaginándome al instituto presa de un ataque nuclear inducido por unos agentes del alumnado infiltrados en la Jefatura de Estudios. Sonrío.